Siempre ocurre igual tras el boom de las rebajas: empezamos a curiosear con ansia e ilusión lo nuevo. Y, ojo, que aún podemos descubrir chollos y maravillas de saldo pensando en la primavera. Pero la novedad es siempre tan sorprendente mágica, que lo que era beautiful, pronto se queda en monillo.
Hoy partimos de una trenca/abrigo corto negro de la nueva temporada de Zara. Es una prenda de largo favorecedor para todas. Y el negro es socorrido, combinable y sufrido con las manchas. La disposición de esta botonadura redibuja la silueta, y el dorado da luminosidad durante el día y sofistica por la noche, pues nos hace de complemento. También nos convence su corte: el canesú refuerza los hombros, los bolsillos de vivos en diagonal estilizan y marcan la cintura, y las tapetas dan un ligero volumen a nuestra cadera. Es un abrigo con estructura reloj de arena, la ideal.
Vamos a coordinarlo. Dos looks.
*De día (colores claros) escogemos un vestido en tricot de rayas: estiloso (desestructurado), cálido (tricot) y sport (rayas).
Un bolso de ante (nobleza), rectangular (rigor, estructura) y con asa metálica (frescura).
Los botines en color arena unifican nuestras piernas y se nos verá más altas; el efecto punto a modo de calcetín aporta jovialidad y es tendencia (actual).
Pendientes bicolor de corazones para un toque romántico (equilibrar) y vincular todos los metales (botones y asa del bolso), lo mismo que las ruedecillas doradas del reloj, cuya esfera blanca y correa negra sirven de puente y apoyo a vestido y abrigo.
*La segunda opción parte de vestido negro y estampado floral (los motivos verticales y el estampado no centran la atención en ningún punto, sino que unifica y no distorsiona nuestra silueta que, gracias a la gasa, gana en fluidez y elegancia. Perfecto para primavera por una mezcla cromática equilibrada en un vestido versátil que nadie asocia a una marca concreta. Puede que se lo veamos a Su Majestad la reina. Por colores oscuros y vaporosidad es, con abrigo negro, ideal para tarde-noche.
Aquí la clave va a estar en el bolso. Azul celeste -para recibir a la primavera e intensificar los colores del vestido– y tachuelas, glam y muy Versace, de cuya muerte se cumplen 20 años y está de máxima actualidad.
Unos pendientes de estética ochentera para seguir al bolso: aros dorados irregulares que coordinan con los botones y las tachuelas.
Botines de tela en la tonalidad del vestido y con tacón de madera para un aire informal y matizar lo ochentero. Los lazos aportan el punto más fashion, porque los botines witch (bruja) empiezan a ser una tendencia que pronto veremos en todas partes.
Un toque de color en los labios y nada más, que llevamos prendas con mucho protagonismo. ¡Pero el beanie (gorro) LOVE nos lo pedimos por San Valentín 😉 !

Paleta de maquillaje
90€ YVES SAINT LAURENT
Espero que os guste, Mar Gago.