Muchas mujeres por nuestra profesión, o sólo, en ocasiones, necesitamos proyectar seguridad y autoridad a través de nuestra imagen. Eso no implica ponerse una “coraza”. Podemos echar mano de prendas clásicas, formales, sueltas y estratégicamente entalladas de colores que no llamen la atención, evitando cortes imposibles y utilizando accesorios finos y de tamaño moderado. La sobriedad no está reñida con la feminidad ni con la moda.
Trenca de un material consistente, para que no se nos pegue a la chaqueta de lana y parezcamos el muñeco Michelin. En blanco, juvenil para no parecer rigurosas. Vestido, baby doll con puños y mangas blancas, tan a la moda como puso Valentino este invierno. La combinación blanco y negro aporta clase, siempre nos recuerda a Chanel.
Chaqueta, de lana, se agradece una prenda caliente, contrastamos con un color verde seco, y su forma rectangular siempre alarga y esconde.
Cinturón ni muy ancho ni muy estrecho, este tiene una piedra, una gema, como no podemos ponernos accesorios para no captar atención, éste es perfecto: elegante, sobrio y distinguido.
Bolso, tamaño intermedio para ir a trabajar, en un color clásico
con detalles de dorado para feminizar. Botas, preparadas para las inclemencias del tiempo y comodidad, dan el toque de color a juego con el bolso. Negro no: avejentaríamos nuestro aspecto!
Pendientes, porque sólo nos adornamos con lo indispensable, aunque con truco, estos dejan el lóbulo al aire, son ligeros a la vista, nunca se ven iguales porque tienen movimiento y se insertan en el pelo, Con la perla nos casan con lo achanelado, y a la vez son de diseño, tienen fuerza. Llavero es un accesorio olvidado y a la vez uno mas a tener en cuenta nos sirve para dar detalles. Porque todos hablan!
Chaqueta, de lana, se agradece una prenda caliente, contrastamos con un color verde seco, y su forma rectangular siempre alarga y esconde.
Cinturón ni muy ancho ni muy estrecho, este tiene una piedra, una gema, como no podemos ponernos accesorios para no captar atención, éste es perfecto: elegante, sobrio y distinguido.
Bolso, tamaño intermedio para ir a trabajar, en un color clásico
con detalles de dorado para feminizar. Botas, preparadas para las inclemencias del tiempo y comodidad, dan el toque de color a juego con el bolso. Negro no: avejentaríamos nuestro aspecto!
Pendientes, porque sólo nos adornamos con lo indispensable, aunque con truco, estos dejan el lóbulo al aire, son ligeros a la vista, nunca se ven iguales porque tienen movimiento y se insertan en el pelo, Con la perla nos casan con lo achanelado, y a la vez son de diseño, tienen fuerza. Llavero es un accesorio olvidado y a la vez uno mas a tener en cuenta nos sirve para dar detalles. Porque todos hablan!
Espero que os sirva,
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